sábado, 21 de febrero de 2009

Cardos






CARDOS


—Máscaras de porcelana
dentro del grito mudo
esconden el secreto—.


Empolvada de arroz
abres la puerta del sueño
tu fe despierta el recuerdo
de los pasos
herida.

Caminas, sin sombra
por el margen de la infancia
y tu piel se quema con el sol
descubierta.

Hemos andado persiguiendo ángeles
desmenuzando las horas
a la intemperie de las preguntas
desconsolada.

Cruzamos ese límite
y casi en el vacío
propusiste volver a echar la suerte
rota en un bar.

Toma mi boca
llenemos el aire de libertad.




2 comentarios:

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

Yo soy Louise a full (S. Sarandon). Me da la sensación de que la voz lírica coincide con ese personaje hablándole a su amiga frenéticamente liberada. El cierre con un adjetivo en singular cumple con la función de caracterizar al personaje de Thelma a la perfección: descubierta, desconsolada, rota en un bar.
Tomalo como una interpretación, por ahí tenés una totalmente distinta.
Saludos.

Cecilia Restiffo dijo...

Gracias por ser la primera que comenta en este blog. En realidad, el poema ya no me pertenece y toda interpretación pasa a ser lo que el lector busca en el texto. En una palabra: es lo que quise decir.

Te pasaste con tu reflexión! Nos falta Fito y que nos tomemos dos días en la vida, que nunca vienen nada mal. Eso sí, manejás vos!!